sábado, 9 de febrero de 2013


Un año…
Cuando se murió el flaco hace un año exactamente, sabíamos, que todo lo que nos dio no se podía morir, porque la muerte se lleva algunas cosas, no todas. El supo tocar la cuerda precisa para que se abrieran mundos nuevos , universos que existían, que eran reales, solo porque el los cantaba… tigres de lluvia, amores entre pelicanas y androides, capitanes de naves hechas en Haedo, y tanto mas… porque… ¿como no podía ser real todo eso si el lo expresaba de una forma tan bella??.
Cuando se murió Luis Alberto Spinetta, sabíamos que quedábamos un poco huérfanos y que teníamos que aprender como es la soledad. Pero también sabíamos que habíamos recorrido en esas canciones que llegaban hasta el sol, senderos que nos identificaban , que nos constituían, que ya no dejaron de ser solo música sino que eran parte de esa sustancia poética que nos hace vernos y reconocernos.
Cuando se murió el flaco, entendimos definitivamente, como era eso de morir sin morir, comprendimos porque los hombres al morir son más blancos, y porque El, aun así,... es una estrella.
Y comprendimos que el dolor y el sinsentido de su ausencia, nunca le va a ganar a ese universo poblado de nuevas sensibilidades, decorado de tantas frases, iluminado por las estrellas que emergían de su talento; es el mundo que El diseño, en el cual siempre podremos subirnos a un rayo y recorrer las orillas infinitas, en cuyas luces, encontramos luz, solo luz… Estas por ahí Flaco… aquí o en el mas allá, sos alma de diamante.

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