domingo, 1 de agosto de 2010


PELDAÑOS Así como cada flor se marchita, y cada juventud cede a la vejez, así cada peldaño florece de la vida, florece también cada sabiduría y cada virtud a su debido tiempo y no puede durar eternamente. A cada llamado de la vida debe el corazón estar dispuesto a despedirse y comenzar de nuevo, para ofrendarse valiente y sin lamento en otros círculos más nuevos. Y en el interior de cada comienzo un encanto habita que nos ampara y a continuar la vida ayuda. Alegres debemos atravesar espacio tras espacio, y no adherirnos a ninguna patria, no quiere encadenarnos el espíritu del siglo ni apretarnos, quiere que peldaño a peldaño nos alcemos y extendamos. Apenas con cordial intimidad nos habituamos a un ambiente, un debilitamiento amenaza. Sólo quien esté dispuesto a la partida y para el viaje puede romper el hábito paralizador. Quizás también la hora de la muerte últimamente nuevos espacios nos envíe, nunca habrá fin para el llamado de la vida... ¡Entonces, corazón, despídete y la salud recobra! Herman Hesse

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